Los sistemas de escape de los vehículos generan temperaturas extremadamente altas debido al proceso de combustión que ocurre dentro del motor. Estas altas temperaturas pueden superar fácilmente los 537 grados Celsius (1000 grados Fahrenheit) en ciertas partes del sistema de escape, especialmente cerca del motor y el convertidor catalítico.
Seguridad: Sin aislamiento, los componentes o materiales cercanos podrían dañarse o incendiarse debido al calor extremo emitido por el sistema de escape. El aislamiento ayuda a contener el calor dentro del sistema de escape, evitando que se propague a otras partes del vehículo.
Rendimiento: al mantener calientes los gases de escape cuando salen del motor, el aislamiento puede ayudar a mejorar la eficiencia del convertidor catalítico. Los convertidores catalíticos funcionan más eficazmente a altas temperaturas, por lo que el aislamiento ayuda a mantener estas temperaturas incluso durante períodos de baja carga del motor.
Comodidad: Aislar el sistema de escape ayuda a evitar que el calor excesivo se irradie hacia la cabina de pasajeros u otras áreas del vehículo donde podría causar molestias a los pasajeros u ocupantes.